Es una celebración tradicional y propia, que sólo se realiza en Antzuola y que se ha transmitido de generación en generación.
Un rito de afirmación como pueblo.
Un elemento de nuestra identidad como pueblo.
Se escenifica públicamente gracias a la participación popular.
Se caracteriza por su interesante aportación al Patrimonio Cultural de Gipuzkoa.
Es una celebración singular y que, al contar con características propias, se distingue de otros Alardes en que: Es una celebración civil, sin elementos religiosos tan comunes en la tradición vasca, lo que le añade un plus de personalidad, conectando con la laicidad de la sociedad actual.
Al contrario de otras fiestas en las que aparece la figura del Moro, en ésta no existe ninguna imposición religiosa hacia él.
Los tamborreros hasta 2008.
En la fiesta del Alarde se integran muchos elementos que la complementan: el desfile que transcurre por las calles de Antzuola y el acto de la plaza, con variadas manifestaciones culturales: musicales (el coro de niños y de personas mayores, txistularis, dantzaris, el grupo musical del Moro, las dulzainas, el quinteto de metal…) el discurso, las descargas de cañones y fusiles…
Capacidad de adaptación a las distintas épocas. El Alarde del Moro se celebra a partir de finales del siglo XIX. En este tiempo ha sufrido transformaciones, sabiendo adaptarse a los valores de cada momento: por ejemplo, se suprimió la orden dirigida al Moro para que se quitara y pisoteara su turbante; en 1980 se euskaldunizó el discurso que hasta esa fecha era en castellano; la vestimenta también ha sufrido cambios; se han integrado las mujeres…sin embargo, la transformación mayor tuvo lugar en 2009.
La fiesta en su totalidad se desarrolla en euskara.
Los tamborreros a partir de 2009.
Por un lado, la propia representación: el discurso del capitán, las palabras del Moro (árabe-euskara), las letras de las composiciones musicales, las órdenes del capitán a los soldados.
Otro de los cambios o adaptaciones ha sido la utilización del dialecto propio de Antzuola. Así, el capitán de la tropa utiliza en su discurso el habla del pueblo.
Por otro, los textos escritos facilitados tanto a la ciudadanía como a las personas que nos visitan, a los periodistas y, en general, toda la comunicación en torno al Alarde se realiza en euskara.
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